Comparación de litografías sobre personajes mexicanos publicadas por Claudio Linati en su libro "Trajes civiles, militares y religiosos de México. Dibujados al natural" (1828), con cinco litografías realizadas por artistas mexicanos publicadas en el libro "Los mexicanos pintados por sí mismos" (1854)
Se observa una notable diferencia, en ambos libros, en el enfoque y la interpretación de las mujeres indígenas y populares. Mientras que Claudio Linati, en "Trajes civiles, militares y religiosos de México", romantiza y estiliza a las mujeres indígenas, presentándolas con características idealizadas como una cara pequeña y fina y una falda más corta, ajustándose más al estándar europeo de belleza, "Los mexicanos pintados por sí mismos" ofrece una representación más auténtica y vinculada a la identidad nacional. La figura de la china, simboliza al pueblo de México: una mujer con traje típico, reboso y faldas largas que evocan la tradición y que se ha convertido en un ícono cultural perdurable.
Hoy en día las vestimentas tradicionales o bordadas ya no son comunes de usar en las cuidades, sin embargo aun hay regiones del país donde continua su uso.
Linati representa al ranchero como una figura eufórica y combativa, temeroso solo de perder sus tierras frente a los extranjeros. En cambio, "Los mexicanos pintados por sí mismos" lo muestra más tranquilo, posando en un ambiente pacífico y rodeado de tierras de pastoreo. Ambos comparten el traje típico con soga y sombrero.
Hoy en día, los rancheros se encuentran en áreas rurales, y aunque el uso del sombrero ya no es tan común, en algunas regiones la tradición persiste.
Linati describe al aguador como un trabajador asombroso pero limitado por recursos rudimentarios, destacando las dificultades e incomodidades de su labor. En contraste, "Los mexicanos pintados por sí mismos" lo retrata como una figura humilde y admirable, resiliente y esencial para la comunidad.
Hoy, el oficio persiste con repartidores de garrafones de agua, adaptado con camionetas pero también hay otro método, por las estaciones de recarga de garrafones.
EL TOCINERO
El tocinero en ambas obras aparece con la misma pose, cargando su contenedor de manteca, pero la diferencia principal esta en que Linati representa al vendedor con una vestimenta mucho más holgada y un cuerpo un poco más estetico segun los estandares europeos, y en "Los mexicanos pintados por sí mismos" el vendedor parece ser de un origen mas humilde y sencillo.
Hoy en día, este oficio ha desaparecido, ya que la manteca se vende en carnicerías de manera más económica y conservada. Sin embargo, la esencia persiste en el oficio de ofrecer alimentos ambulantes y transportables de manera sencilla.
EL SERENO
Linati retrata al sereno como un hombre mayor, con sombrero ranchero y vestimenta regional, mientras que en "Los mexicanos pintados por sí mismos" se muestra como más profesional, con bastón, sombrero de copa y estilo europeo. Ambos coinciden en llevar un perro y una lámpara de mano.
Actualmente, los vigilantes usan uniformes y suelen desplazarse en bicicletas u otros medios.
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